Recientemente, se hizo oficial el secreto a voces que envolvía la concentración de la selección holandesa. Frenkie de Jong no jugará la Eurocopa de Alemania por sus dolencias en el tobillo derecho. El centrocampista y Koeman entendieron que lo mejor era dejarle fuera para no forzar aún más la máquina. Por mucho que el precio a pagar sea elevado, han decidido prevenir una lesión crónica en una zona que ya le ha dado muchos problemas. Era la opción más lógica tras recaer y llevar de baja desde el pasado 21 de abril. Por mucho que el corazón le pidiese seguir, eligió hacer caso a su cabeza.
Una lesión ‘apaga’ a Isco: el ‘MVP’ no estará en la Eurocopa
🏥 Una recaída, ¿amenaza real para de Jong?
La lesión de Frenkie de Jong en el tobillo es algo que viene de largo. Se lesionó contra el Athletic Club en San Mamés a principios de marzo, y reapareció en la semana clave de la temporada del Barça. Obviamente, era el momento indicado para forzar y asumir riesgos. Porque sí, los había. Por mucho que el futbolista tuviese buenas sensaciones, siempre puede darse ese golpe de mala suerte que hace que todo salte por los aires. En el caso del neerlandés, así fue. Tras la eliminación culé en Champions, una pugna con Fede Valverde le dejó fuera. El uruguayo fue fuerte al suelo para chutar, y de Jong fue con menos fuerza. Como resultado, se dobló el tobillo que tenía convaleciente. Acababa de volver a la casilla de salida.
Desde aquel lance, el objetivo de Frenkie de Jong era la Eurocopa. Junto a van Dijk, estaba llamado a ser el líder de la selección neerlandesa. Debía ser la extensión de Ronald Koeman en el campo, el encargado de darle sentido al juego oranje. No podía fallar. Entonces, establecieron un plan en el que estaban dispuestos a esperarle. Incluso se habló de que se podría perder los dos primeros partidos de fase de grupos. Todas las partes estaban dispuestas a pagar el precio que fuera por tener a de Jong en la Eurocopa.
La lesión de Frenkie de Jong ante el Real Madrid inició una carrera contrarreloj que era imposible de superar sin consecuencias.
Sin embargo, la cordura volvió en los últimos días. No tenía sentido forzar tanto el cuerpo del centrocampista. Era ponerle en un compromiso tremendo que no favorecía a nadie. Frenkie de Jong no estaba al 100%, y forzarle podría implicar una dolencia en su tobillo. La lesión podía volverse crónica y castigarle los años que le quedasen de su carrera. En el Barça ya hubo ejemplos de futbolistas que tiraron su carrera por un momento de gloria, por lo que no era lo aconsejable. Y si no, que le pregunten a Umtiti. De Jong entendió que lo mejor era apoyar a los suyos desde la distancia. Koeman estuvo de acuerdo y le liberó.
Para el Barça, es una decisión a celebrar. Para la selección neerlandesa, es una elección madura. Siempre, lo más recomendable será no forzar. Las prisas nunca son buenas consejeras, y en el terreno de la salud en el deporte no iba a ser diferente. Un paso en falso durante una recuperación puede suponer el fin de una carrera. La de Frenkie de Jong va a seguir, y sobre su paciencia edificará sus futuros éxitos. Pase lo que pase en la Eurocopa, él ya tiene claro que no ha perdido.
