Olympiastadion - Eurocopa - historia
📖​ Cultura

El Olympiastadion de Berlín, una historia de nazismo, lucha y cambios

El próximo 14 de julio se resolverá el ganador de la Eurocopa de Alemania en el mítico estadio olímpico de Berlín: el Olympiastadion. Será el momento de máxima audiencia del torneo continental. Se calcula que más de 300 millones de personas estarán atentas al desenlace de la mejor competición de selecciones del continente europeo. Será otra cita histórica para Alemania y para este estadio de la capital germana, que fue financiado por el nazismo a través de su líder: Adolf Hitler. Hoy en día es un recinto que puede acoger 74.000 personas y que respira entre aromas de modernidad y recuerdos del pasado empapados de sangre, victorias, derrotas y reivindicaciones. El Olympiastadion acogerá esta Eurocopa tres partidos de la fase de grupos, empezando por el España-Croacia, uno de octavos, otro de cuartos y la gran final. Los equipos que pisen su césped se trasladarán a un espacio que ha sido parte importante de la historia moderna de Europa y de su posterior evolución.

 🏟️ Un estadio construido por el nazismo

En Alemania existe una palabra muy sentida para todos sus residentes: vergangenheitsaufarbeitung. Esta expresión, que sería impronunciable para cualquier español, se traduce como «trabajar desde el pasado». Y es que en las tierras germanas, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, solo se piensa en eso; en dejar atrás un oscuro pasado y en reflexionar de todo lo acontecido en el país desde lo ocurrido. Pocos edificios se conservan intactos de esa época marcada por el nazismo, pero el Olympiastadion es uno de ellos. Esta construcción es una obra arquitectónica encomiable. Situada a las afueras occidentales de Berlín, en la punta del bosque de Grunewald, uno de sus grandes sellos de identidad son los cinco anillos olímpicos que cuelgan entre sus dos torres gemelas de piedra, que son solo una parte de las seis torres originalmente construidas alrededor del estadio y que representaban el poder de la razia aria. Es más, los trabajadores que cimentaron el campo solo podían ser alemanes y nacidos de familias con pasado en el territorio.

Olympiastadion - Hitler - Juegos Olímpicos

Adolf Hitler encabeza la comitiva de inauguración de los Juegos Olímpicos de 1936.

Diseñado con una forma ovalada y entre austeras columnas, la construcción financiada por el Reich nazi fue toda una declaración de poder y de grandeza ante el resto del mundo. Si le ponéis un poco de imaginación, tiene cierta similitud con el Coliseo de Roma construido por el Imperio Romano, uno de los más influyentes de la historia de la humanidad. Actualmente, el estadio tiene una cúpula moderna y unos asientos cómodos y actualizados. Pero hacer la guía de este recinto y entrar en su interior es como teletransportarse a una época pasada. Estatuas de bronce, espacios donde Hitler saludaba a la gran multitud fuera y dentro de los muros… Por suerte ya no queda rastro de las esvásticas que antaño decoraban todo el hormigón que se utilizó para su construcción.

😯 Desde los oros de Jesse Owens hasta el cabezazo de Zidane

El estadio fue construido a consciencia para albergar los Juegos Olímpicos de 1936. Fue un arma propagandística brutal del país, que se encontraba en pleno mandato nacionalsocialista, conocido también como el Tercer Reich. Todo el mundo tenía puestas sus miradas en Alemania. Aunque Hitler no estaba muy a favor de un evento plenamente abierto al mundo y con la participación de atletas de otros países, razas y culturas. En algunos casos, para su idea, podía ser una vergüenza y una degradación la participación de deportistas que no cumpliesen con determinada fisonomía. No obstante, acabó accediendo. Estos Juegos Olímpicos son considerados como el primer gran evento de sportwashing de la época contemporánea. A través del deporte se intentó transmitir una imagen cercana de Alemania para desviar la atención de los abusos contra los derechos humanos que se estaban cometiendo.

Jesse Owens - Juegos Olímpicos

Jesse Owens ganando sobradamente una de las pruebas que disputó en los Juegos Olímpicos de 1936.

Un ejemplo de las dos realidades que se vivían en el territorio germano en esa época era ver cómo se construía el Olympiastadion a la vez que los primeros campos de concentración, puntos relevantes del Holocausto. Pese a la fuerza que pusieron los nazis para ver triunfar a los suyos en los Juegos Olímpicos, la estrella de ese certamen fue el atleta afroamericano Jesse Owens. Él solo echó por tierra la teoría de la supremacía de la raza blanca, ganando cuatro medallas de oro ante los ojos del mismísimo Adolf Hitler. No llegó a saludarse ni a intercambiar palabras con el dictador, pero los alemanes le pedían autógrafos y era felicitado por los aficionados. Un reconocimiento que, por desgracia, no obtuvo en su país. Al llegar a Estados Unidos, el campeón fue menospreciado. No fue invitado a la Casa Blanca para recibir la felicitación del presidente Franklin Roosevelt, y la prensa no incidió mucho en sus éxitos, haciendo que su figura pasara casi desapercibida.

El Olympiastadion ha acogido varios eventos deportivos internacionales, incluyendo cinco partidos durante la Copa del Mundo de 1974 y seis encuentros, incluida la final, en la Copa del Mundo de 2006. Un desenlace que estuvo marcado por el cabezazo que Zinedine Zidane le dio a Marco Materazzi en su último partido como profesional. Después, Italia se acabaría llevando el triunfo en los penaltis. En 2015, el campo berlinés fue sede de la final de la Champions League, donde el Barça de Leo Messi, Luis Suárez y Neymar, con Luis Enrique en el banquillo, arrasó a la Juventus. Asimismo, es la actual casa del Hertha Berlín de la Bundesliga 2 y esta campaña acogió los partidos de la fase de grupos de la Champions League del Unión Berlín. Paralelamente, como ha pasado con otras construcciones deportivas, el recinto ha sido aprovechado para albergar conciertos de artistas y grupos de la talla de The Rolling Stones, Michael Jackson, Bruce Springsteen, Tina Turner y Madonna. Para muchos, el Olympiastadion significa diferentes cosas, y sus significados pueden cambiar dependiendo del evento y la perspectiva histórica.

⏳Las huellas del paso del tiempo en el Olympiastadion

Después de los Juegos, el estadio sirvió como campo de entrenamiento deportivo para los paramilitares y las Juventudes Hitlerianas, y se convirtió en un depósito de municiones y sede de la red de radio nacional de la Alemania nazi. Curiosamente, ninguna bomba cayó sobre el estadio durante los bombardeos aliados sobre Alemania, lo que sugiere que los pilotos de bombarderos lo usaban como punto de referencia. Después del fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el estadio presentó un desafío ético y práctico. Su infraestructura era tan útil que nunca fue probable su destrucción. El Ejército Rojo ruso y luego las fuerzas británicas ocuparon el estadio, utilizando sus instalaciones para varios propósitos. En 1966, fue declarado edificio protegido y comenzó a integrarse en la vida cotidiana de los berlineses, siendo utilizado para eventos deportivos y culturales.

Olympiastadion - Berlín - Eurocopa

Comparación del Olympiastadion desde 1936 a 2024.

La renovación del estadio a tiempo para la Copa Mundial de 2006, que costó 242 millones de euros, fue un esfuerzo por modernizarlo mientras se respetaba su historia. El estadio ahora cuenta con el estatus de cinco estrellas de la FIFA y es un lugar de importancia tanto histórica como contemporánea. Sin embargo, la sombra del Olympiastadion es muy alargada. Aunque cumple con la actual consciencia alemana de aprender del pasado, muchos miran con recelo su gran estructura. Con la esencia del estadio que se inauguró en 1936, el recinto ha sido testigo directo del paso de la historia. La visión sobre él puede ser contradictoria. Uno puede ver el paso del tiempo y la evolución de Alemania y de Europa, mientras que otro puede retraerse a una época de pura barbaridad y muertes. Sus muros han visto mucho y ya están engalanados para su siguiente cita: una Eurocopa de selecciones que pretende ser un hito de audiencias y de espectáculo dentro del panorama futbolístico. Deporte y cultura van de la mano en el mítico Olympiastadion.

Ir al contenido